Altruismo y egoísmo, sus matices y cómo se relacionan entre sí

El altruismo y el egoísmo son dos manifestaciones que definen al ser humano. En tiempos de cambios e incertidumbre, el altruismo es considerado el valor moral más alto y algo que todos deberíamos aplicar. Sin embargo, para comprender mejor estos conceptos, es importante explorar sus matices y cómo se relacionan entre sí.

Altruismo

El altruismo se refiere a la voluntad de actuar en consideración de los intereses de otras personas sin esperar segundas intenciones. Es compartir lo que poseemos sin esperar beneficio alguno a cambio. El altruismo está vinculado a la generosidad, la solidaridad, la predisposición a cooperar y el sentimiento de justicia y equidad. A menudo se presenta como un ángel que nos insta a ayudar a los demás.

Egoísmo

Por otro lado, el egoísmo se centra en el beneficio propio. Es la tendencia a actuar en función de nuestros intereses personales, incluso si eso implica no considerar las necesidades o intereses de los demás. El egoísmo puede ser necesario para nuestra supervivencia individual, pero también puede conducir a la explotación de los demás. A veces se presenta como un «diablo» que nos susurra al oído izquierdo para pensar únicamente en nosotros mismos.

Complementariedad

Aunque parecen opuestos, el altruismo y el egoísmo no son mutuamente excluyentes. Los científicos han descubierto que son dos caras complementarias del instinto básico de supervivencia. Durante muchos años, se creía que los humanos éramos genéticamente egoístas y solo actuábamos altruistamente por motivos morales o mediante un control estricto de nuestros impulsos básicos. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que cooperar y ayudar al otro es en realidad nuestro primer impulso. Charles Sumner Ward, considerado el padre de la caridad moderna, fue un pionero en persuadir a las personas para donar dinero sin apelar solo a su humanidad sino también a su egoísmo.

En resumen, aunque el egoísmo y el altruismo pueden parecer contrapuestos, son dos aspectos complementarios del comportamiento humano. La clave está en encontrar un equilibrio entre cuidar de nosotros mismos y considerar las necesidades de los demás.

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